Poco valor tiene lo que pueda decir frente al sacrificio que han hecho mis padres día tras día para que pueda llegar hasta aquí. 
Una vez un hombre sabio me dijo que las ingenierías las empiezan la inteligencia y las acaban la persistencia y hoy día esa frase cobra más sentido que nunca pero también debo remarcar que las ingenierías las haces tú y cada una de las personas que comparten tus días.

Gracias a Eduardo Boemo, por confiar en mí en este proyecto, por presentarme a la electrónica digital uno de mis grandes amores y por hacer que las clases tengan ese trato especial y cercano.

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Gracias a Paula por darme la estabilidad que necesitaba, la calma en un mundo de locos y la comprensión y cariño cuando al mirarme en el espejo no me aguantaba ni yo mismo. 

Quiero también dar las gracias a Javier Oubiña y a toda la gente del Rectorado por darme la oportunidad de dar un granito de arena a la Universidad Autónoma de Madrid a la que tanto cariño tengo y por ser más que un jefe un líder que me ha dado la confianza necesaria para crecer.

Para finalizar quiero recordar a mis abuelos, una vez dijisteis “mi nieto es ingeniero” y hoy aunque no de la misma manera sé que seguís aquí a mi lado. Hoy si sale todo bien os puedo decir que soy ingeniero y que igual que vosotros estabais orgullosos de mi cuando decidí emprender este camino yo estoy orgulloso de vosotros por haberos tenido a mi lado.

Gracias.